lunes, 27 de diciembre de 2010

MERCURIO RETRÓGRADO
10 de Diciembre
2010 – 30 de Diciembre 2010


Este Mercurio retrógrado podría ser memorable ya que todos visitamos el pasado en nuestro día y nuestros sueños. La visita de los fantasmas de Marley y todas sus enseñanzas nos escoltan por un pasadizo a través de todos los tiempos. El fantasma de las Navidades pasadas viene para aprovechar esta oportunidad como un punto de sanación profunda a nivel celular personal y planetario. Este retrógrado toca a todos y a todo sin excepción. Cualquier cosa que todavía esté dando golpes en su sótano y su ático viene a anunciar una profunda sanación.
Mercurio retrógrado es un período de mantenimiento, perfecto para revisar todo lo que uno se olvidó de hacer en los últimos meses. El planeta Mercurio está asociado con el dios Mercurio/Hermes, que es el ‘dios de lo inesperado’ y las coincidencias divinas. Hermes/Mercurio es el creador de espacios nuevos y sagrados. Los milagros llegan en forma de acontecimientos fortuitos y beneficiosos.
Mercurio retrógrado trae regalos inesperados. Podríamos simplemente tener un golpe de suerte inesperada al imprevisto estilo de la medicina coyote. Nos pide ser fluidos en nuestro día y permanecer flexibles, teniendo tantos planes de respaldo como sea necesario. Cada vez que las cosas parecen estar ‘atascadas’, Mercurio/Hermes introduce un movimiento fluido salpicado con trocitos de sorpresa.
Mercurio retrógrado tiene que ver con desatorarse en pensamiento, obra y sueños. El mensajero alado se sienta a reflexionar en lo que debería estar haciendo, lo que podría estar haciendo, lo que se suponía que debía hacer. Mercurio retrógrado es un momento mágico para ir más despacio, un paso adelante y dos pasos atrás. Les pide que presten especial atención a los detalles, que presten especial atención a lo que es pequeño y diminuto. Miren hacia atrás en el tiempo pero no se laman las heridas. El tiempo los invita a caminar a través del pasado, imagen por imagen, recuerdo por recuerdo. Sin arrepentimientos, sanen lo que todavía duele.
Gillian MacBeth-Louthan

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