domingo, 3 de octubre de 2010

Observación de la mente...2 parte

El Arte de Informar Formando... Encarnaciones de amor y luz divinos... siguiendo nuestro trabajo de educación transformacional a través de las redes en internet, les acercando las antiguas enseñanzas espirituales de la Kabbalah. En ellas se sugiere que nuestro propósito aquí es ascender de los niveles más bajos de la vida a los planos más altos.... Pero con el fin de avanzar hasta el siguiente nivel, debemos caer primero... para adquirir y generar la energía necesaria con que impulsarnos hasta un plano más elevado... El que podamos adquirir la energía para pasar a un plano más elevado, y somos capaces de hacerlo, se encuentra por completo en nuestras manos...

Cuatro categorías de observación.

2.- Observación de su mente
Puede que se haya acostumbrado a observar su cuerpo. No parece difícil porque imagina que la observación del cuerpo la hace con la mente. Así pues, ¿qué utiliza para observar su mente? Aquí es donde abandonará sus viejas creencias y entrará en un nuevo mundo de la observación.
Trate de ver sus pensamientos como un componente de su cuerpo/mente. Piense que los pensamientos son cosas. Cosas que le permiten salir fuera de ellas y observarlas.
Su mente genera cada día millares de pensamientos. Llegan y se marchan como trenes de una estación: uno entra, otro ocupa su lugar; uno sale, y llega otro. Esto continúa durante todo el día.
Le han hecho creer que estos pensamientos no siempre están bajo su control. Usted suele creer que el proceso del pensamiento continúa y continúa incluso cuando le gustaría que se detuviera. No estoy pidiéndole que detenga sus pensamientos, sino sólo que sepa que tiene la capacidad para ser observador de sus pensamientos. El mero observar el flujo de pensamientos refrenará su mente hasta el punto de detención en el que podrá experimentar a Dios.
Primero necesita observar sus pensamientos. Luego necesita observarse a sí mismo observando sus pensamientos. Aquí está la puerta al espacio interior donde, libre de todo pensamiento, experimentará el júbilo y la libertad que le transportará hasta su yo espiritual.
El sencillo ejercicio de observar su mente conformando sus pensamientos llegará a hacer que los pensamientos no deseados, innecesarios, erróneos, se disuelvan. Al desarrollar la condición de espectador, aprenderá a acallar la mente, hacer inventario, y descartar o redirigir los pensamientos que generan reacciones derrotistas o egocéntricas. En este simple proceso, también llegará a conocer su yo espiritual.
Aprenda a observar sus pensamientos desde una perspectiva distanciada, si no incondicionalmente amorosa, y que no de a establecer perjuicios. Lo que verá será el más desnudo egocentrismo terrenal.
Los pensamientos generados por el ego desempeñan un enorme papel en la creación del mundo que el ego desea crear. Cada uno de sus pensamientos parece exigir que lo considere el más importante. A medida que aprende a observar sus pensamientos, advertirá que uno en particular reaparece con frecuencia.
Y a esos pensamientos le siguen otros… Su observador tiene que ser comprensivo y neutral. De aquí para allá vuelan los pensamientos por su mente mientras usted los observa en lugar de poseerlos. A medida que practica la condición de espectador, advertirá un fenómeno interesante. La ansiedad por el problema comenzará a disiparse. Ya no le importará ni una cosa ni la otra, y se dará cuenta de que ya no participa del drama. Los hechos sucederán con independencia de sus pensamientos sobre ellos, y cuanto más se limita a observar los pensamientos, más tenderán a evaporarse.
Entonces comprenderá lo que Nisargadatta quiso decir cuando escribió que “el conocimiento de uno mismo es desapego... Cuando sabes que no careces de nada, que todo lo que existe eres tú y es tuyo, cesa el deseo... No perturbes tu mente con búsquedas... La mente está interesada en lo que pasa, mientras que la conciencia se interesa en la mente misma”. Una vez que es espectador de sus pensamientos, ya no estará unido a ellos ni a su resultado. Quedará en libertad.
Esta posición de ser espectador de sus pensamientos no tiene relación con la cifra de sus ingresos. Sus pensamientos no influirán en el Congreso de modo alguno, por ejemplo. Así que conviértase en observador y aprenda cómo evitar que sus pensamientos gobiernen su vida.
En su mente siempre tendrá argumentos muy convincentes para defender una postura y la contraria. Lo que le quedará será la libertad de escoger cómo desea sentirse respecto del asunto y/o dejarlo en las manos de Dios.
La capacidad para colocarse imaginariamente a sus espaldas y observar sus pensamientos ilustra muy bien la capacidad para mirar su interior y participar del acto divino de creación de su vida espiritual.
Los problemas empiezan con un pensamiento que uno pone dentro de su mente y al que se le permite enconarse hasta el punto de la ansiedad. La ansiedad comienza a manifestarse en su vida como síntomas físicos, a los que llamamos artritis, presión sanguínea alta y taquicardia.
La benevolente energía que recibimos del observador, del espectador, permitirá que esos pensamientos entren y salgan con toda naturalidad. Pensamientos que entran y pensamientos que salen. Aprenderá a ser espectador de sus pensamientos del mismo modo que observa la realidad exterior.
Ser testigo de sus pensamientos requerirá algo de práctica. Con el perfeccionamiento llega el milagro y el deleite. Los traumas se disuelven en la etapa del pensamiento y se les impide manifestarse en el mundo cotidiano. Luego veremos varias sugerencias para ejercitarse...
En la luz de Cristo
Centro Escuela Claridad
Juan Angel Moliterni

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